El gobierno de Emmanuel Macron sufrió una humillante derrota en la Asamblea Nacional cuando los partidos de oposición se unieron para impedir que su largamente prometida reforma migratoria llegara al debate en el pleno. El gobierno de Macron, bajo la presión de la resurgida extrema derecha de Le Pen y un endurecimiento de la opinión pública sobre la inmigración, había promocionado las reformas como una solución a problemas de larga data. Reforzaría el sistema de asilo, reduciría el número de apelaciones que los solicitantes pueden hacer de 12 a 2, requeriría dominio del francés y apuntaría a mejorar el historial relativamente pobre de expulsiones de Francia. Pero también incluye propuestas, criticadas por la derecha, para otorgar permisos de trabajo a personas indocumentadas que trabajan en sectores con escasez de mano de obra, como la construcción y la atención médica. Es un ejemplo del eslogan de formulación de políticas en même temps (al mismo tiempo) de Macron, y un reflejo de cómo el presidente francés ha tratado durante mucho tiempo de tomar prestadas ideas de izquierda y derecha. El gobierno ahora tendrá que decidir si abandona la reforma o busca otras vías legislativas, como volver a una versión anterior y mucho más estricta de la ley aprobada por el Senado francés o intentar elaborar una nueva.
@ISIDEWITH1 año1Y
¿Cuál es su opinión sobre la exigencia de que los inmigrantes dominen el idioma nacional como condición para su estancia?
@ISIDEWITH1 año1Y
¿Cómo se concilia la necesidad de mano de obra en ciertos sectores con el deseo de regular y potencialmente reducir la inmigración?