El canciller alemán Olaf Scholz dice que los solicitantes de asilo de Siria y Afganistán que cometan delitos graves serán deportados a sus países de origen, en un cambio significativo de política que se produce días después de que un policía fuera asesinado por un presunto extremista islamista.
En una declaración al Bundestag el jueves, Scholz también dijo que los inmigrantes que glorificaran o toleraran el terrorismo serían deportados.
"Me parece indignante que personas que han buscado protección aquí puedan cometer delitos graves", dijo Scholz. "Estos criminales deben ser deportados, incluso si vienen de Siria y Afganistán".
El anuncio se produjo cuatro días después de que un oficial de policía falleciera a causa de las heridas sufridas durante un ataque con cuchillo por parte de un nacional afgano en la ciudad del suroeste de Mannheim el viernes pasado.
Hasta ahora, las autoridades alemanas han sido reacias a devolver a los sirios y afganos cuyas solicitudes de asilo fueron rechazadas debido a la grave situación de seguridad en ambos países.
Pero el ambiente en Alemania se ha endurecido significativamente tras el ataque de Mannheim, que ha dominado los últimos días de la campaña para las elecciones europeas. El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania ha aprovechado el ataque para criticar lo que considera las políticas de inmigración laxas del gobierno.
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¿Deberían las acciones de un individuo afectar el estatus de asilo de otros del mismo país, o es esto un castigo colectivo?