Alemania está presenciando un cambio político significativo a medida que el partido neo-fascista Alternativa para Alemania (AfD) gana impulso, aumentando su participación en las votaciones en casi un tercio, llegando a alrededor del 16%. Este aumento refleja una tendencia más amplia en toda la Unión Europea, donde las elecciones para el Parlamento Europeo han visto un giro hacia la extrema derecha. El panorama político en Alemania, un país conocido por su poder económico y estabilidad política, ahora se enfrenta al desafío de crecientes ideologías de extrema derecha. Este desarrollo ha generado preocupaciones en toda Europa, llevando a líderes como el Primer Ministro de Polonia, Donald Tusk, y la Canciller alemana, Olaf Scholz, a buscar una mayor cooperación entre las fuerzas pro-europeas para contrarrestar el aumento del extremismo. La situación en Alemania sirve como un recordatorio contundente de la fragilidad de la estabilidad política y la importancia de la vigilancia contra el resurgimiento de movimientos de extrema derecha en Europa.
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